lunes, 12 de diciembre de 2011

Disfemia evolutiva


                         Aproximadamente un tercio de la población de niños entre los 2 años y medio y los 5 años, pasan por un periodo de tartamudeo. Los niños todavía están adquiriendo el lenguaje, lo que hace que muchas veces, quieran expresar muchas cosas a la vez y no saben exactamente cómo hacerlo. Además, los órganos bucofonatorios (lengua, labios…) todavía no están suficientemente maduros, con lo que el lenguaje no se puede producir con toda la rapidez que el niño pretende. En la gran mayoría de casos, la tartamudez remitirá sin dejar ningún tipo de huella. A este periodo se le ha venido a llamar “tartamudez fisiológica” o “disfemia evolutiva”.
Que este hecho se prolongue o no, depende en gran medida de los padres. Su actitud frente al lenguaje de su hijo va a ser primordial en este aspecto.
A esta edad no es aconsejable una atención directa por parte de un especialista de audición y lenguaje o un logopeda, ya que, esto podría hacer que el niño se hiciera consciente de su dificultad, lo cual le crearía una ansiedad muy peligrosa, que podría desencadenar en que, una simple disfemia evolutiva, se alargara e incluso se consolidara. Por tanto es importante, sobre todo, evitar que el niño sea consciente de su problemática.
Para ello, les facilito una serie de orientaciones que pueden seguir para mejorar el lenguaje de su hijo y evitar que la disfemia evolutiva se consolide:
  • No se angustien por la forma como habla su hijo/a.
  • Escuche pacientemente lo que su hijo le dice y no se fije en cómo lo dice.
  • Deje que su hijo complete la frase, no lo interrumpa ni termine usted la frase.
  • Mantenga el contacto visual de manera natural, mientras su hijo le hable. No le transmita impaciencia o nerviosismo.
  • Disponga de, por lo menos, cinco minutos diarios para hablar con su hijo de manera fácil, relajada y sin prisas ni tensiones.
  • No deben completarle las oraciones y/o adivinar lo que niño quiere decir.
  • No apresurarlo para que termine de hablar.
  • No interrumpirlo mientras habla.
  • No pedirle que hable con rapidez y precisión todo el tiempo.
  • No hablarle con ritmo acelerado, especialmente cuando se le ha dicho que él/ella debe hablar más despacio.
  • No mantener en la casa un ritmo de vida acelerado.
  • No pedirle al niño que hable forzadamente frente a amigos, parientes, vecinos…
PAUTAS :


• HABLARLE MÁS DESPACIO
• HABLAR CON FRASES SENCILLAS Y CORTAS
• NO INTERRUMPIRLE JAMÁS.
• HACER JUEGOS CON EL LENGUAJE: QUE SE DIVIERTA (VEO-VEO, PALABRAS ENCADENADAS, CONTRARIOS, ADIVINANZAS, RETAHÍLAS, POEMAS, REFRANES…)
• HACER GUARDAR LOS TURNOS CONVERSACIONALES A TODOS EN CASA: TODOS SON ESCUCHADOS, CADA UNO EN SU MOMENTO
• LEERLE CUENTOS, CONTARLE HISTORIAS, DESCRIBIR UNA FOTO: POCO A POCO ÉL SERÁ CAPAZ DE HACER LO MISMO. INVITADLE A QUE SE EXPRESE.
• INTERCAMBIAD EXPRESIÓN DE SENTIMIENTOS: QUÉ NOS FRUSTA, QUÉ NOS DA MIEDO, A QUIÉN AMAMOS, QUÉ SENTIMOS: INVITADLE A QUE ÉL SE ABRA.
• MIRAD A VUESTRO HIJO, SONREIDLE, ACARICIAD. MOSTRADLE QUE ESTÁIS ORGULLOSOS DE ÉL POR ENCIMA DE SU FORMA DE EXPRESARSE.
• PRESTAD ATENCIÓN A VUESTRO TONO DE VOZ Y VUESTRAS PALABRAS CUANDO ESTÉIS ENFADADOS. EVITAR PRESIONES.
• DEDICADLE UN TIEMPO ESPECIAL PARA LA COMUNICACIÓN
• EVITAD LAS COSAS QUE LE DAN MIEDO O LE RESTAN CONFIANZA: AGRAVARÁN SUS DISFLUENCIAS. TAMBIÉN LOS SENTIMIENTOS DE CULPABILIDAD, VERGÜENZA, FRUSTRACIÓN, RECHAZO O ANGUSTIA.

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